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El microrobot que se mete en tu cuerpo para administrar el medicamento en el lugar exacto

La ciencia nunca se detiene y sigue tratando de encontrar la respuesta frente a algunos de los problemas que se encuentra el ser humano. En este sentido, unos científicos suizos han creado un microrobot que tiene el tamaño de un grano de arena y que se controla mediante imanes, con el cual pueden administrar un medicamento en el lugar exacto del cuerpo. Este descubrimiento supone un gran avance médico, puesto que introduciendo este pequeño robot en nuestro cuerpo se podrían reducir los graves efectos secundarios que impiden que muchos fármacos puedan avanzar en los ensayos clínicos.

Esta mini cápsula ha sido probada con éxito en cerdos, animal que ha sido elegido para las pruebas por contar con un circuito vascular similar al de los seres humanos. Los creadores de este microrobot explican que se maneja con unos imanes, de forma similar a un controlador de una consola, y pueden conocer por donde se encuentra en el interior del organismo del paciente a través de rayos X. Este punto es clave porque permite llevar el medicamento al lugar exacto del cuerpo al que tiene que llegar, de manera que no se distribuya o alcance otras zonas para las que no está concebido.

Un ejemplo lo podemos encontrar cuando tomamos una aspirina, la cual es una pastilla que circula por el torrente sanguíneo y atraviesa todo el cuerpo, llegando a zonas del cuerpo en el que no se encuentra el dolor que se quiere solucionar. Esto ya no sería un problema con este microrobot, cuyo campo magnético es lo suficientemente fuerte como para ser capaz de mover la cápsula, incluso cuando se debe desplazar en contra del flujo sanguíneo.

Las aplicaciones de este microrobot

Los responsables de la creación de este microrobot aseguran que tiene múltiples aplicaciones médicas, que pueden suponer toda una revolución clínica, entre ellas, pudiendo utilizarse para el tratamiento de aneurismas, cánceres cerebrales muy agresivos o cuando existen conexiones anormales entre venas y arterias, en lo que se conoce como malformaciones arteriovenosas.

Los científicos explican que las cápsulas se encuentran fabricadas con materiales seguros y que disponen de la posibilidad de activar la cápsula para que esta se disuelva cuando el especialista considere oportuno. Nos encontramos ante un robot de pequeño tamaño que marca un gran avance frente al tratamiento de los ictus, siendo una herramienta prometedora para reducir riesgos y mejorar la eficacia de las terapias actuales.

A la hora de afrontar un accidente cerebrovascular, este robot puede desplazarse por el interior del organismo hasta llegar al coágulo, donde un campo magnético de alta frecuencia calienta las nanopartículas internas y disuelve la cubierta del gel. En ese momento, se libera un fármaco trombolítico que actúa directamente sobre el trombo.

Esta administración localizada evita que la medicación se distribuya por todo el organismo, reduciendo los efectos secundarios asociados a las terapias convencionales contra el ictus. El responsable de robótica de ETH Zurich, Bradley Nelson, destaca que “los campos y gradientes magnéticos son ideales para ejecutar procedimientos mínimamente invasivos porque penetran profundamente en el cuerpo y, al menos en las intensidades y frecuencias que utilizamos, no tienen efectos perjudiciales”.

De igual modo, dentro de este proyecto se contemplan futuras aplicaciones en infecciones localizadas y tumores que requieran de tratamientos dirigidos a ser aplicados sobre zonas concretas. Aún se desconoce cuándo se podrán utilizar estos microrobots, puesto que aún se deben seguir realizando pruebas en animales y humanos para optimizar su funcionamiento.

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